Hablar de hechos que nunca hemos vivenciado o experimentado muy de cerca, es hablar desde la teoría. Y este proyecto nace de la experiencia, de dos ámbitos que se han entrecruzado en mi vida: el personal y el profesional.

Por un lado, mi propio camino de sanación en torno a una situación familiar, con padres sobrepasados por la escasez de recursos, la falta de tiempo y una alta demanda de cuidado de mi hermano menor, quien padeció por muchos años una condición neurológica absolutamente limitante. Como verás, yo también he tenido una infancia difícil, la cual dejó en mí un profundo sentir de postergación, inseguridad, tristeza y rabia.

Por otro lado, en el ámbito profesional y laboral: luego de estudiar psicología, continué mi camino profesional en el trabajo con niñ@s y adolescentes, que pertenecían a contextos de extrema vulnerabilidad, en los que la mayoría de ellos se encontraban separados de sus madres, padres o referentes familiares, viviendo en hogares de protección. Aquí pude ser testigo de los efectos emocionales del trauma temprano, cuando vivenciamos situaciones que no podemos lograr realmente integrar, comprender y poner en coherencia interna. Además, la vida me llevó a tener la oportunidad de continuar aportando y acompañando a los niñ@s que seguían su camino por medio de la adopción. En este mundo conocí lo hermoso de las nuevas oportunidades, de los nuevos encuentros, pero también el dolor de los duelos y de las pérdidas tanto para padres y madres adoptivos como para los niñ@s que se convertirían en sus hij@s.

Desde mis propias dolencias corporales, también me introduje al mundo de las terapias complementarias energéticas, luego de no poder mover una de mis manos al punto de casi tener que operarme, este fue un camino efectivo y poderoso de sanación. Así se abrieron nuevas formas de mirar, comprender y trabajar mis dolores, y es por eso que las he incorporado a mi forma de trabajo.

En síntesis, me motivó la necesidad de contribuir y acompañar a todos aquellos que quieran sanar su historia, soltar y abrirse a nuevas formas de verse, pensarse y sentirse. Apuesto firmemente al bienestar desde la integración de lo traumático y la reconexión sana con nuestra mente, cuerpo y emociones.